La magia es todo lo que Meg Raspberry ha conocido. Criada por Faust, la Bruja Eterna, Meg desea convertirse en una bruja tan grande como su maestra. Sin embargo, su vida se desmorona en su decimoséptimo cumpleaños cuando Faust le da la peor noticia posible: a Meg le queda un año de vida. Debido a una maldición congénita, después de cumplir 18 años, envejecerá mil veces más rápido de lo normal y luego morirá en solo unos días. Faust le dice a Meg que hay una forma de curar su aflicción: necesita consumir una semilla de vida. Para crear la semilla, Meg debe recolectar mil lágrimas de alegría en 12 meses. Aunque está desconsolada por la dificultad de la tarea que tiene por delante, Meg emprende el viaje para prolongar su vida, conociendo a innumerables personas con sus propias historias que contar.